MUCHO MÁS QUE DIBUJAR PLANOS
Cuando se piensa en el trabajo de arquitectura, a menudo, la sociedad proyecta la imagen clásica de personas en un estudio de arquitectura dibujando planos de edificios icónicos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Ser arquitect@ significa enfrentarse a un desafío constante: lograr soluciones integrales que no solo sean aceptadas por el cliente y la sociedad, sino también viables desde el punto de vista técnico, económico y legal, en un contexto en constante cambio.
El proceso de diseño arquitectónico comienza mucho antes de empezar a dibujar e implica la adquisición, gestión y coordinación de gran cantidad de información de distinta naturaleza. Las primeras propuestas de diseño llegan después. Una vez se concreta el diseño definitivo, se inicia la elaboración de documentos de proyecto como resultado físico de todo el trabajo previo. Estos documentos (memorias, planos, mediciones y presupuesto…) son las herramientas que permiten la transmisión de la información del proyecto entre los agentes involucrados en la construcción: promotor, constructor y proyectista; y, a menudo, la única fase de trabajo que el cliente «ve».
La función social de la arquitectura es diseñar espacios y edificios que respondan de la forma más óptima a necesidades concretas, resolviendo desafíos y transformando ideas en realidades físicas construidas para que finalmente sean habitadas y experimentadas por personas, cumpliendo con todas las garantías y exigencias actuales.
En Despacho de Arquitectura somos muy conscientes de la importancia e implicaciones de las fases iniciales de trabajo en cada proyecto y así se lo trasladamos a nuestros clientes, porque nuestra misión es mucho más que dibujar planos.
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